28 de noviembre de 1963
Esta es una fecha prácticamente desconocida por las nuevas generaciones, porque los aires de la globalización soplan hacia otras direcciones, menos a las del patriotismo.
Justamente ese día fue que se produjo el alzamiento guerrillero de Manolo Tavárez Justo y sus demás compañeros, en protesta y reclamo contra el funesto golpe de Estado del 25 de septiembre 1963 contra el Gobierno Constitucional de Juan Bosch, y el reclamo era una vuelta a la constitucionalidad sin nuevas elecciones.
Era una empresa idealista y patriótica. Los guerrilleros carecían del debido entrenamiento militar y táctica política. Fue esencialmente romántica y de compromiso, pues Manolo había dicho, en el mitin del Parque Independencia, que si se atentaba contra la Constitución él y sus hombres sabían dónde quedaban “las escarpadas montañas”.
Era cuestión de principios, pues ni Manolo ni sus seguidores eran del PRD derrocado, sino de un 14 de Junio que había aceptado los postulados consignados en el Programa Mínimo de Liberación Nacional que trajeron los expedicionarios en Junio de 1959 contra la tiranía de Trujillo.
Una vez ajusticiado el tirano, los dominicanos creíamos que en el país se establecería una democracia formal, y esa era la intención, un sector reaccionario conspiró, estimulado por fuerzas extranjeras y asociado con sectores militares también reaccionarios.
El golpe dio paso a la rebeldía, que tuvo su máxima expresión con el Movimiento Constitucionalista que encabezaron jóvenes militares que defendían la democracia vulnerada. Pero también causó a la guerra civil, luego convertida en Guerra Patria cuando los infantes de Marina de los Estados Unidos ocuparon nuestro país.
La historia es conocida: hubo elecciones en 1966 y, naturalmente, ganaron las fuerzas reaccionarias con Joaquín Balaguer a la cabeza, candidato de los norteamericanos, mientras Bosch no podía salir de su casa a realizar campaña, debido a la represión.
Las lecciones que pueden derivarse de todos estos acontecimientos, pero sobre todo del 28 de noviembre de 1963, es que nadie debería siquiera pensar en la posibilidad de que se quebrante el actual proceso constitucional, pero además que siempre habrá hombres y mujeres atentos y dispuestos a luchar contra por la libertad y en contra de las injusticias.
El hecho de que hoy disfrutemos de un ambiente más respirable no significa que hay que descuidarse, pues los enemigos siempre están como las hienas, al acecho de las noches políticas.
Hay grandes esperanzas de que no nos durmamos en nuestros laureles, pues la figura de ese líder que se llamó Manolo Tavárez cada día emerge con más luminosidad, Una muestra de eso fue la tertulia del pasado 29 de noviembre en la Academia Dominicana de la Historia, donde los presentes sentimos la figura de Manolo como si formara parte de la concurrencia.
andor@yahoo.com
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